Con un bonito diseño, elegantes, con un estilo personal, publicitarias, cautivadoras, comprometidas o meramente informativas de que existimos en el mundo… da igual, sea como sea nuestra Web, tiene que tener claro el objetivo de su existencia, pero sobretodo, que esté preparada para ser vista por el público al que va dirigido.

Hasta una Web con una estructura perfecta y un diseño atractivo, puede llegar a ser inexistente, incluso hacer que los consumidores ¡nunca nos encuentren! y todo, porque estamos a disposición de las brújulas insaciables, las que marcan nuestro posicionamiento en el mundo digital, es decir, los buscadores de la Red.

Como la Gran Obra de un arquitecto, una Web tendría que tener fuertes pilares, materiales de calidad, un atractivo diseño, una estructura perfecta y, todos aquellos detalles que pueda mostrar el proyecto que se ha creado. Pero pensar que sólo así ha llegado nuestra web a su meta, es digitalmente un insulto.
Debe presentarse y promocionarse, diferenciarse del resto para buscar su lugar, tener siempre un contenido vivo, cuidar sus palabras, facilitar su entrada y enamorar para dejar huella, pues interesa dejarse llevar por terceros para que hablen.

Optimizar y posicionar tú website, es necesario para ser visto, para vender o informar antes que tú competencia y, si tu interior es interesante, puede que te elijan a tí.

Está claro, nuestra Obra de Arte tiene que “caer bien” a los relaciones públicas llamados buscadores, pero tienes que establecer con ellos una relación a largo plazo, porque tiene que estar preparada para adaptarse a cualquier momento y lugar.

Su diseño sigue siendo clave sí, pero tiene que estar preparada para toparse, estratégicamente con el público que le interesa.